lunes, octubre 19, 2009

Ferrer i Guardia, 100 años de ignominia


Este mes de octubre se cumplen 100 años de la ejecución sumaria del pedagogo Francisco Ferrer i Guardia. Lo ideal hubiera sido escribir esta columna en su memoria hace algún tiempo, pero sentía curiosidad malsana por ver que tipo de recuerdo se le tributaba a esta victima de la en demasiadas ocasiones mezquina historia de España.

No hubo sorpresas. Fuera del mundillo libertario, la edición de alguna novela basada en su vida y algún artículo de opinión en la denominada prensa seria, nada de nada.

Y es que nada importa que la obra pedagógica de Ferrer fuera en su tiempo y todavía hoy admirada en muchos otros países. Su nombre aún bautiza colegios y calles en varios países de Europa. Pero aquí para recordarle habría que hablar no sólo de lo que hizo, que fue mucho (clases mixtas, educación racional, científica, laica, abierta a todas las clases sociales) si no también de lo que tuvieron que hacer para acabar con su obra:. Primero acusarle sin efecto de estar detrás del intento de asesinato de Alfonso XIII, pocos años después condenarle y ejecutarle por ser el padre putativo de una revuelta, la Semana Trágica, que buscaba acabar con la vorágine de muertos que entre las clases populares suponía la guerra en Marruecos. Sin duda Ferrer compartía los anhelos de esa revuelta, pero ser el instigador único era demasiado incluso para una persona como él. Sin embargo, sus ideas y su escuela, esas sí eran peligrosas. Por eso fue ejecutado.


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