miércoles, noviembre 18, 2009

Eladio Villanueva, in memorian


Cuando inicié este blog sabía que escribiría algunos obituarios. Nunca pensé que me tocaría escribir el de Eladio Villanueva. Mentiría si dijera que fui su amigo. No obstante, tuve la oportunidad de encontrarme con él en varias ocasiones a lo largo de los años. Algunas veces sólo intercambiamos algunas palabras. Otras tuvimos más tiempo para conversar, exponer opiniones, debatir, reflexionar, especular.
Siempre me llamó la atención el trato que me dispensó en cada una de de esas ocasiones desde la primera vez que me encontré con él. Parecía que fuéramos amigos de toda la vida y que hubiéramos compartido miles de peripecias. Ahora al leer otras reflexiones sobre su vida, sé que era una sensación bastante común entre todas las personas que le frecuentaron. Desde luego Eladio era una persona humana, abierta, propensa al contacto, algo que contrastaba con su enorme corpulencia.
Su desaparición ha supuesto una gran perdida para todos los que le conocimos y para la organización a la que dedicó toda su vida militante: la CGT. Allí empezó desde abajo, como debe de ser, como ferroviario y llego a ser Secretario General durante un buen puñado de años. Tuvo además el valor de abandonar ese puesto cuando consideró que ya había cumplido su etapa, de motu propio.
Antes, durante y después de esos años viajó por todo el país (y por todo el planeta) para tratar de plantar una simiente, de proteger un esqueje, o de visitar un árbol ya vigoroso del sindicato.
Desde luego su trabajo tiene bastante que ver con la situación a la que CGT ha llegado como sindicato honesto y combativo. Los males que el anarcosindicalismo padece en la península no los pudo remediar Eladio, ni podrían hacerlo cien personas dotadas de su misma voluntad arrolladora. Esos problemas sólo los pueden resolver todas las personas que militan en sus distintas fracciones poniendo el empeño necesario en resolver una ruptura que dura ya demasiados años.
Si eso se logrará, sin duda el sueño libertario de Eladio estaría muchísimo más cerca.
¡Qué la tierra te sea leve!

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