domingo, enero 16, 2011

Chuck Prophet y London Calling


La de ayer en el Kafe Antzoki se presuponía una fiesta por todo lo alto. Somos muchas las personas enamoradas del London Calling de los Clash, así que la asistencia al homenaje que durante este mes Chuck Prophet paseaba por la península estaba garantizada. Lo cierto es que la sala estaba bastante abarrotada, pero yo al menos no sabía que es lo que me iba a encontrar en la actuación de la banda de los de San Francisco. Sabía que iban a tocar el London Calling enterito y eso era motivo más que suficiente para acercarse hasta Bilbao.

Tengo que decir que Chuck Prophet no sólo demostró gran profesionalidad, si no también buen gusto y honestidad a la hora de tocar todas esas canciones que tanto nos hacen vibrar. Los temas que tocaron siguiendo la pauta original estuvieron a la altura de las circunstancias. Y aquellas versiones que llevaron más a su terreno también lo hicieron con buen gusto y respeto. Creo que la única canción que me dejo un poco frio fue el Brand New Cadillac, quizás por ser una de mis preferidas y los de Prophet le quitaron algo de esa energía arrolladora que tiene y un poco de garra a esa guitarra afilada, pero eso no quito mérito al concierto. La banda sonaba acoplada y los músicos estuvieron a la altura de las circunstancias. Incluso Chris Von Sneidern guardaba un extraordinario parecido físico con Mick Jones. Las canciones fueron cayendo desde el London Calling hasta el Train in Vain. Cada cual elegirá el tema que más le gustó. Y puedo decir que seguí el concierto con una sonrisa en la boca y fui feliz durante la el desarrollo del mismo. Entonces podemos decir que el concierto fue un gran concierto y sin duda lo fue.

No obstante cuando acabó quedó en mí un regusto amargo. El sentimiento ambivalente de haber vivido una ilusión compartida y consentida, pero sólo eso, una ilusión. Entonces pensé lo impresionante que habría sido ver a los Clash originales y me acordé que Joe Strummer estaba muerto y un hálito de pena me atravesó fugazmente. Entonces recordé que por eso habíamos ido a ver a Chuck Prophet, porque lamentablemente a los Clash ya no podremos verlos nunca. Así que me acerqué a la barra, pedí otra cerveza (cara por cierto) y me tomé el primer trago a la salud del bueno de Joe Strummer que tantos buenos momentos me ha hecho (y me hará) pasar, porque afortunadamente los discos de los Clash siempre estarán con nosotros. Y creo que pensamientos de este tipo pasaron ayer por muchas de las personas que se acercaron al concierto. Y eso es todo….

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