martes, febrero 08, 2011

La vida ante sí


Voy a escribir hoy sobre un libro precioso. No es un descubrimiento puesto que ya en 1975 fue galardonado con el prestigioso Goncourt. Uno de los pocos premios de los que quizás podamos fiarnos, pues no cuenta con dotación económica. Y aún así he de confesar que yo no lo conocía. Hasta que hace unos meses una amiga decidió regalármelo en una edición de bolsillo.

Al principio lo miré con desconfianza, pero puesto que era un regalo no podía dejar de leerlo para al menos poder criticarlo con motivo. Todo lo contrario. Me encontré con una historia mínima, pero repleta de inteligencia, humanismo, crítica, sátira, filosofía, acidez, mordacidad, humor.. Creo que todos los adjetivos positivos que se pueden aplicar a una novela se pueden aplicar a esta sin temor a errar.

La vida ante si es un reflejo de la miseria escrita desde la miseria misma. Una historia de Belleville y de las personas que lo habitan. Los franceses llegados del exterior. La vida de una vieja judía exprostituta y reciclada en patrona de niños dejados a su cuidado por otras prostitutas. Y todo ello visto desde los ojos de un niño Mohamed, o Momo, sabio observador de la realidad que le rodea y del mundo mismo. Sus observaciones, reflexiones y pensamientos nos harán reir, pero también pensar; nos divertirán y nos entristecerán al mismo tiempo. Oscilando siempre entre la ocurrencia y la inteligencia nos encontramos a un pequeño libertario que narra una historia perfecta casi hasta el mismísimo final, que no está ni bien ni mal. Pero todos sabemos que lo más difícil es finalizar una historia y más si la historia es buena.

Interesante también el contexto. Escrita por el diplomático y director de cine Romain Gary bajo el seudónimo de Emile Ajar. Gary siempre negó en vida ser la persona que se escondía bajo dicho seudónimo. De un analista tan lúcido no es de extrañar que terminara suicidándose en diciembre de 1980. Sin duda le debemos una pequeña gran novela digna de ser leida.

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