martes, octubre 04, 2011

Ariel Rot y M Clan, sorpresa y solvencia


El pasado sábado acudí a Durango para ver a M Clan dentro del festival Walk On Project, primera edición de un festival musical que tratará de recaudar fondos para la investigación de lo que se ha dado en llamar enfermedades raras. Ya el viernes había un cartel oficialista pero interesante con gente como Loquillo, Aurora Beltrán o Elliot Murphy, pero me fue imposible acercarme hasta Landako. Así que llegamos el sábado tarde justo para ver el final de la actuación de Steve Wynn (ya nos habíamos perdido a Gari) del que lo poco que vimos resulto agradable e interesante, versión de Bob Dylan incluida.

El siguiente de la tarde en un festival muy bien organizado y quizás con una asistencia algo menor de lo que el objetivo del mismo necesitaría, fue Ariel Rot. He de confesar que la figura musical de Ariel Rot me es conocida, no puede ser de otro modo habiendo estado en Tequila y Los Rodríguez, pero su faceta en solitario me resultaba bastante desconocida, más allá de alguna intervención cazada al vuelo en La Ventana de Gemma Nierga con su impresentable compañero de sección.

Y sólo puedo decir que vi una banda muy rockera, especialmente el propio Ariel Rot como guitarra solista bastante acerado y solvente. Desde luego si M Clan no hubiera estado a la altura, habría sido para mí una sorpresa más que agradable. Así que sin temor a equivocarme se ganó una puntuación más que notable.

Y tras Ariel Rot llegó el turno de M Clan, a quienes había perdido la pista hace ya unos años. Pero el reencuentro fue destacable. Una banda conjuntada, con actitud sobrada, una sección de metal muy bien ensamblada hizo que en las más de las ocasiones la voz de Carlos Tarque me recordara claramente a Otis Redding y en sus momentos más extremos, pocos pero alguno hubo, el sonido me recordara a los mejores Gluecifer. Alguno no se creerá ni lo uno ni lo otro, pero lo cierto es que no había bebido tantas cervezas.

En definitiva un gran concierto. Acabó M Clan y todavía quedaban bandas, pero compromisos anteriores nos impidieron quedar a disfrutarlas. Pero lo que vimos, desde luego valió la pena.

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