lunes, abril 23, 2012

Libertad, digno de leer

Libertad, del estadounidense Jonathan Franzen fue la estrella de la termporada literaria de finales de 2011 y comienzos de 2012. Han pasado ya unos meses, pero por fin llego el momento de leer esta novela. Como siempre suele ocurrir con la literatura sería, Libertad comienza frio y va calentandose a medida que la lectura te va atrapando. A medida que concedemos más confianza a los  personajes, nos vemos implicados en su devenir e identificandonos con su suerte o desgracia. 

Si hay algo que destacaría de Libertad es la capacidad de hacer una gran novela e incluso un gran debate con una trama mínima, pero profunda. Con problemas que en principio parecen menores, pero que bien pensando no lo son tanto, y que otorgan cierto debate profundo sobre el momento histórico que atraviesan los EE.UU. 

Ahi están los problemas de las aves canoras en su desplazamiento a lo largo del continente, el crecimiento exponencial de la población, la capacidad del ecologismo para transformarse o quizás para acabar renunciando a sus esencias. Y otros debates políticos quizás menores, pero no menos interesantes. Si me preguntarán diría que Franzen quizás no quería hacer una novela política, porque los sentimientos imbuyen todo el relato, y sin embargo el debate político se expande por todas sus pagínas: Cómo afectan los problemas sentimentales a una familia marcada por el progresismo y el buen rollo (aunque odie personalmente esta expresión), las pequeñas y grandes miserias de las viejas familias neoyorquinas enraizdas en el partido Demócrata, el duro golpe que supone que tu hijo se levante contra el control familiar simpatizando con el Partido Repúblicano, la guerra de Irak, las contratas que juegan con la vida de los soldados, pero no con sus beneficios escandalosos; los movimientos de base, e incluso el lobby judio en sus multiples versiones. En este sentido las reflexiones nunca manifiestas, pero siempre latentes, son lo mejor del libro.

Por otro lado encuentro cierta trampa en el debate de sentimientos que entrecruzan las tramas del libro, porque al final es la personalidad de Walter la que termina convirtiendose en  protegida del autor y sin embargo la novela está bien resuelta.Y las últimas 200 ó 150 páginas son las mejores, incluso muy buenas.  Hasta alcanzar una densidad dramática intensa pero tamizada por la visión pragmática del autor.  Y afortunadamente, en mi opinión,  termina bien porque si no fuera asi su final sería realmente duro. Aunque hay que reconocer que es el tipo de novela que podría apostar facilmente por el drama. En definitiva, es una muy buena novela y así hay que reconocerlo. Y es en ese punto donde siento que claramente Frazen me ha atrapado como lector. Recomendable para quien quiera esforzarse. Pero la recompensa valdrá la pena.

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