Pasado el agosto y las vacaciones, para quienes aún tenemos
la suerte de disfrutar de ellas, aunque no sepamos por cuánto tiempo; es
necesario irse aclimatando poco a poco a la tranquilidad que suele traer el
otoño. Pero durante el mes de septiembre todavía es posible disfrutar del sol y
en ocasiones de un buen concierto.
Así que cuando a mediados de la semana me entere de que The Nomads estaban el sábado día 8 en Gasteiz, pensé que era lo más adecuado para tratar
de mantener la impedancia del verano y seguir disfrutando de la energía y el
buen hacer al que acostumbra esta banda sueca. Ya habían andado en junio/julio
por Euskadi; pero en aquella ocasión compromisos de otro tipo me impidieron
acudir a una cita que de otra manera hubiera sido una x fija en el calendario.
Y esta vez no iba a suceder lo mismo.
Así que en una bonita y soleada tarde de agosto llegamos a
Gasteiz para ver a los Nomads en la sala Jimmy Jazz. Tras unos potes por el
precioso casco viejo gasteiztarra, llegamos a la sala escasos segundos antes de
que The Nomads empezaran a tocar, casi casi como si nos estuvieran esperando.
Me pareció un buen presagio.
The Nomads no son mi banda favorita, pero si
tuviera que definir cual es el sonido de guitarras que me enciende, creo que no
encontraría mejor definición que el que Hans Ostlund sabe sacar a su guitarra
con su peculiar forma de tocar y el buen gusto que a mi parecer caracteriza a
todos sus solos. Si a eso le sumamos algunos de los grandes temas que The
Nomads han compuesto, no se me ocurre mejor concierto para una noche de
septiembre. Todas las canciones de su disco en directo Made in Japan me parecen
magnificas. La recopilación Nomadic Dementia no puede faltar en ninguna
discografía que se precie. Y su último trabajo, Solna, me parece un buen disco
de rock & roll.
En el concierto, con una entrada decente y muy buen sonido,
pudimos disfrutar de todo ello. Canciones de Solna, clásicos de la banda como
Bad Vibes, o 16 forever, y otros buenos temas de sus últimos tiempos como
Cristal ball o The King of night train. Como ya hemos dicho fue un buen
concierto, quizás con un tempo algo más lento de lo habitual. Pero a mi entender estuvieron a la
altura de anteriores conciertos en los que tuve la oportunidad de verles. Así, como sin darnos cuenta se pasaron los minutos y las canciones. Disfrutamos de todas ellas. Y nos gustaría que hubieran sido más, lástima por ejemplo no disfrutar de Bangkok, pero valio la pena. The Nomads nos han hecho algo más llevadero los inicios de septiembre. Si vuelven, estaremos allí.