viernes, enero 18, 2013

César debe morir, una gran película

No suelo comentar habitualmente películas porque lo cierto es que las críticas de cine están bastante presentes en la red. Pero siempre hay alguna película que le conmueve a uno de forma más profunda o que destacan por uno u otro motivo. 

Sin duda César debe morir de los hermanos Taviani es una de estas películas. Lo cierto es que no se puede decir que los medios hayan pasado por encima de esta película. Ganadora de la Berlinale del año pasado y de varios David de Donatello en Italia, César debe morir tiene todo el prestigio artístico que se merece. Pero ya sabemos que los multicines y la mayoría de espectadores no le dan mucha importancia al prestigio. 

Y sin embargo esta película merecería una oportunidad. Experimento visual y artístico, la película recoge los ensayos de un grupo de presos en la cárcel de alta seguridad de Rebibbia que están preparando la representación del Julio César de Shakespeare. Presos con delitos de sangre, algunos con cadenas perpetuas se introducen en el papel de César, Bruto, Casio, Marco Antonio...

 La profundidad de los textos de Shakespeare combinadas con la desolación de quien se sabe preso para décadas en el mejor de los casos, dan como resultado representaciones profundas, solidas, que impactan como un puñetazo en el consciente del espectador. Si a ello le sumamos una estructura muy dinámica, sorprendentes localizaciones en diversos escenarios de la prisión en la que se van representando las diferentes escenas y la sabia utilización del blanco y negro y el color; el resultado es impresionante. 

Además la mente del espectador se divide entre la profundidad de la tragedia representada, la lucha entre la fidelidad y la libertad. La ambivalencia de César como patriarca y estadista de Roma o como dictador y futuro tirano. Las dudas sobre la traición de Bruto y Casio o su sacrificio como amantes de la libertad. Todo ese drama que viene marcando el subconsciente histórico de Occidente desde decenas de siglos, se entremezcla con la crueldad de la cárcel. El castigo insufrible de privar a un ser humano de la libertad expresado con toda su crudeza, y las dudas sobre qué se debe hacer con un asesino confeso…. Con los límites de la inhumanidad. De los convictos y de la sociedad. 

Todas esas reflexiones, como un torrente se entremezclan durante poco más de 70 minutos para pergeñar una película de mucho gramaje. Una gran película que finaliza con la reflexión de quien representa a Julio César: Desde que conozco el arte, esta celda me parece una prisión. Altamente recomendable.

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