miércoles, marzo 13, 2013

Los posos de la historia. El genocidio armenio en viñetas

Hay en este cómic una frase que viene a decir que cuando los niños estudian una tragedia en la escuela y equivocan la fecha de los hechos en tres siglos sin sentimiento de tristeza, es que desgraciadamente ese hecho ya no importa. Está superado por la historia.

Lamentablemente es demasiado optimista pensar que los niños y niñas de hoy todavía estudian el genocidio armenio en la escuela, si es que alguna vez se ha estudiado. Muchos no habríamos oído hablar de esta negra página de la historia, más de un millón de personas asesinadas por su origen étnico y su religión, de no ser por el empeño de un sector de la política francesa por rescatar este turbio pasado del olvido de la historia. Es una de esas cosas que todavía retiene Francia de su pasado republicano y revolucionario y que hacen que en ocasiones despiete cierta admiración.

Medz Yeghern. La gran catástrofe de Paolo Cossi es un comic extraordinariamente bello y sencillo que rescata este sucio pasaje de la historia y nos explica gráfica y sensiblemente cómo paso y qué es lo que sucedió en Turquía para que un proceso tan vil pudiera suceder. Dibujado en blanco y negro, pero con línea clara, repartido en breves capítulos, certeramente acotado por frases de protagonistas de la época, vemos y leemos con el ánimo acongojado y la respiración entrecortada como la triada del poder turco, Enver, Djemal y Talat, surgida del Movimiento de los Jóvenes Turcos, se aprovechó del clima bélico de la IGM para ejecutar un proceso exterminador profundamente calculado para eliminar al pueblo armenio en tres fases. Primero los militares enrolados en el propio ejército turco, después los líderes populares de la población armenia y finalmente los sectores más desvalidos: ancianos, mujeres y niños.

Sorprende que un comic pueda contar de manera tan sensible un crimen de lesa humanidad tan horrendo, recogiendo además lo cruel del exterminio. Es la contradicción que esconde en muchas ocasiones una obra de arte, y por eso este pequeño cómic de Cossi puede catalogarse de obra de arte de su género.

Los vanos intentos de intelectuales, un pequeño número de militares alemanes, y reducidos sectores de la propia población turca inmunes a la irracionalidad, por detener tanto horror tuvieron escasos resultados. Veremos como otro pueblo sufriente de la zona, el kurdo, se convirtió en muchas ocasiones en la mano de obra de esta matanza, demostrando así que el axioma de que es más fácil dividir a los explotados que esperar a que estos se unan para acabar con la opresión es cierto.

Hoy casi un siglo después del genocidio todavía la legalidad turca se niega a reconocer el genocidio armenio y presiona duramente en el ámbito internacional para detener cualquier intento por recordarlo. Talat fue asesinado en Berlín y Djemal en Tblisi, pero Enver hoy día reposa en la Colina de los Mártires en Estambul.

Este bello comic ayuda a recuperar y descubrir un durísimo pasaje de la historia y lo hace de manera humana y bella. Qué más se le puede pedir a una creación artística. 100% recomendable.

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