domingo, mayo 19, 2013

Modotti, un lujo de comic

El S. XX produjo seres extraordinarios. Uno de ellos sin duda fue el de Tina Modotti. Extraordinario en este caso no tiene una carga positiva, ni tampoco peyorativa. Extraordinaria, en este caso, se refiere a la vida de una persona en cuyo devenir puede encontrarse el pulso de la Historia. Este comic de Ángel de la Calle que narra la vida de Tina Modotti si es una novela gráfica de calidad extraordinaria.

Y se presta a dos niveles de análisis. La primera como obra gráfica y aquí no podemos decir más que es un comic sorprendente, interesante, de fácil y agradable lectura, documentadísimo, que alimenta el espíritu y el conocimiento. Con una estructura muy trabajada, de gran originalidad en cuanto al planteamiento temporal, intercalando al personaje histórico con la propia presencia del autor y su compañero de fechorías, Paco Ignacio Taibo II, el escritor que firma un precioso prólogo a cada uno de los dos volúmenes en los que originalmente se publicó Modotti, aunque esta edición recoge las dos partes en un solo tomo.

Sin una gran complejidad gráfica aparente, aunque sabemos que todas y cada una de las viñetas están muy trabajadas, y en un blanco y negro sin espacio para los grises, Ángel de la Calle realizó un trabajo que enamora y que desea profundizar en el mundo del comic si todas los trabajos tuvieran esta calidad. Lo cierto es que una pequeña joya gráfica ante la que hay que rendirse descubrirse. Impresionante de verdad.

Y luego está el segundo nivel. La vida de la protagonista, Tina Modotti, una mujer con una vida que vista desde hoy sólo se puede calificar de increíble. Comunista de primera hora, una de las primeras mujeres en hacer de la fotografía un arte, cualidad que abandonó completamente para dedicar su vida a su modo de entender la revolución, que no es otro que el más terrible y ortodoxo ligado a la línea dura del stalinismo de los años 30 y 40.

Si hay otro elemento que resaltar en el trabajo de Ángel de la Calle es que aún sintiendo por su personaje la atracción más absoluta, no esconda desde el primer momento todas sus facetas oscuras, que las tiene y muchas. Algunas verdaderamente siniestras.

En torno a la joven Tina y su llegada a México buscando a su primer amor y a lo largo de su peripecia vital vamos a ir viendo toda una serie de personajes y sucesos históricos de primera magnitud: sus múltiples amantes: Xabier Guerrero, el destacado fotógrafo Edward Weston, el líder comunista cubano Julio Antonio Mella, asesinado al lado de la propia Tina, sin que se pueda descartar que la propia ortodoxia comunista estuviera implicada en su muerte, con el apoyo de la propia Modotti. Sandino, Farabundo Martí, Diego Rivera que apoyará decididamente a Modotti cuando es juzgada y al que después ella dejará de hablar por abandonar el partido.

Después su traslado a Alemania, tras ser expulsada de México, sus contactos con la Bauhaus, Arthur Koestler, Lotte Jacobi. Su traslado posterior a la URSS donde abandonará la fotografía definitivamente y se dedicará en cuerpo y alma a ser una de las sombras de la revolución proletaria mundial como agente de campo con todo lo que eso supone, espionaje, delación, asesinatos, siempre pensando que se actua en pro de la revolución proletaria mundial, trabajando para Yelena Stassova, ex secretaria del propio Lenín y ahora todopoderosa responsable de Socorro Rojo internacional.

Ni siquiera ser conscientes de las purgas, las persecuciones en la propia URSS ni los testimonios de amigos que pronto dejan de serlo (Maiakovsky: “Pienso lo que el partido me ordena pensar”) pondrán en duda la sólida confianza de Modotti en lo adecuado del pensamiento y la línea oficial del partido. Desde Moscú toda una carrera al servicio de la Komintern que le llevará en arriesgadas misiones por la Alemania nazi, Francia, la España republicana y de la Guerra Civil.

Y a su lado, un personaje todavía más siniestro y terrible que el de la propia Tina, Vittorio Vidali o Carlos Contreras como se le conoció en España…. Su amante y camarada durante muchos años, implicado en los asesinatos de Julio Antonio Mella, quizás para quitárselo de en medio y llegar a la propia Tina, pero también de otros como el de Andrés Nin en España, del anarquista italiano en la Barcelona revolucionaria Camilo Berneri, (también en los EE.UU. del anarquista Carlo Tresca en 1943; aunque las figuras de Berneri y de Tresca no aparezcan en el cómic, me parece justo recordarlos) en el del propio Trostky en México y problamente incluso en la desaparición de la propia Tina. Un estalinista de primer orden, sordido asesino, cuya fidelidad a la ortodoxía comunista sería premiada con un puesto de senador en la Italia donde fallecería plácidamente en 1983. 

Si llevados por un romanticismo malentendido pudiéramos compartir la frase de Paco Ignacio Taibo II en el prólogo de este comic, (“De las cenizas de pasados tan bellos como este (el de Tina Modotti) se reconstruirá la nueva izquierda, la que me interesa moral y narrativa […] Tenemo que empezar a formular el santoral laico de nuevas generaciones con el Conde de Montecristo y Robin Hood, Zapata y Durruti…”) difícilmente podríamos hacerlo de su sangriento compañero de correrías, Vittorio Vidali al que en una de las viñetas de este cómic mientras esta detenido en México un miembro del FBI le lanza en la cara este reproche: “Entonces usted despachaba tantos agentes de la patronal como agitadores anarquistas… ¡Era un pistolero! ¡Al final sólo es otro italiano mafioso más!

Para saber más sobre la vida de Vidali y de su relación con Tina es muy recomendable la lectura del artículo de Claudio Albertani, Vittorio Vidali, Tina Modotti, el stalinismo y la revolución.

Por las 253 páginas de viñetas de este precioso comic circulan muchos intelectuales, en diversas ciudades del globo que entroncan con la vida de Tina Modotti. A su muerte, sospechosa también, el poeta y diplomático chileno Pablo Neruda, filocomunista convencido, recito un precioso poema escrito para la ocasión. Una vez más se demuestra que el arte, la sensibilidad y la inteligencia, no están reñidas en las más de las ocasiones con un espíritu retorcido. Quizás en otra ocasión escribamos sobre Neruda.

Podrían escribirse cientos de folios sobre cada uno de los aspectos que en cada página va abriendo este extraordinario y maravilloso comic, pero vamos a parar aquí. Sin duda, altamente recomendable. En este tomo único editado por Sinsentido podemos encontrar algunas de las bellas fotografías que Modotti tomo en su juventud, así como interesantes bocetos sobre el trabajo del autor y el impagable prologo de Taibo II antes citado.

¡Grande!

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