lunes, septiembre 21, 2015

Popurrí de lecturas veraniegas

Como todos los años he dedicado parte del verano a tratar de disminuir la montaña de libros que se acumulan sobre la mesilla de noche y una esquina del escritorio. Sería absurdo dedicar una ficha a cada libro, pero también considero una pena no escribir unas líneas sobre los que más me han llamado la atención.

Para empezar Repensar la anarquía (Acción directa, autogestión, autonomía) de Carlos Taibo. Ya en este mismo blog hemos reseñado algún otro libro de Carlos y este Repensar la anarquía como no podía ser de otro modo es un libro interesante, estimulante, acertado y actual. Nuevo intento de destacar los aciertos y la vigencia del pensamiento libertario, pero con múltiples referencias más actuales de lo habitual, lo que unido a la perspicacia propias del autor lo convierten en un libro sumamente recomendable y al que deseamos logre el alcance que se merece; aunque mucho nos tememos que como, en otras ocasiones, no dejará de ser un libro para minorías ya convencidas. Por si fuera poco la lectura del mismo nos ha sugerido la lectura de otro libro que vendrá a ocupar el libro que el de Carlos ocupaba sobre la mesilla: La lucha por Barcelona de Chris Ealham.

Otra satisfactoria lectura es Un tranvía en SP de Unai Elorriaga, un breve libro que ya tiene unos añitos; pero que por causa del destino se había quedado agazapado en el fondo de la pila de libros. Quizás el motivo sea esa ternura y timidez que se adivinan en el fondo de esta novela profundamente humana, bella hasta decir basta, escrita con un estilo muy propio que destila inteligencia y sensibilidad. Un libro que se lee de corrido y que atrapa con su magia de pequeña historia, pero gigante en su naturaleza, al lector de una manera que es imposible despegársela de las manos. Verdaderamente tierna y sugerente. Una novela para disfrutar de principio a fin.

También disfrutable, aunque mucho más impactante en el hígado es Plataforma de Michel Houllebecq. Como siempre el escritor francés entremezcla su capacidad con escritor con su espíritu provocador y su indudable maestría para extraer del lector la parte más oscura de sus entrañas. Inteligencia, sexo, humor, sentido de la narración, agresividad, crudeza se dan la mano en esta novela de Houellebecq para sacudir profundamente al quien se sumerja en esta impactante novela. De Houellebecq sólo había leído con anterioridad La posibilidad de una isla y me había gustado; pero creo que Plataforma es todavía una novela mejor. Permítaseme una última Coda sobre el autor quienes tengan la oportunidad de ver el docudrama de ficción El secuestro de Michel Houellebecq, protagonizado por el mismo no debiera perdérselo.

Otra estimulante lectura es el tomo de la colección de Historia de España Monarquía e Imperio, el reinado de Carlos V, dirigida por John Linch. Un sugerente trabajo que en buena medida nos explica las causas del fracaso como país de esta España a la que poderosas fuerzas han impedido históricamente el ser plural y libre, anulando así quizás la única posibilidad de ser un país con futuro y viable, acogedor y generoso con la diversidad que sobre su geografía ha habitado. Un país probablemente condenado al fracaso de su propia génesis.

Para terminar una de bestseller: Lo que no te mata te hace más fuerte. El sueco Stieg Larsson tuvo el acierto de combinar acción, feminismo, novela negra y critica política en su exitosa trilogía Millenium. Su prematura muerte no ha sido óbice para que la industria editorial trate de continuar exprimiendo las ubres del negocio. Para mi sorpresa la continuación escrita por David Lagercrantz no desentona en general con las anteriores novelas de éxito enfocado a la masa lectora, pero si se resiente en el terreno que personalmente creo la hacía más atractiva, que era la velada crítica política que se entreveían tras los textos de Larsson. Me ha parecido encontrar a un Blomkvist menos reacio a contemporizar con el poder y el Estado, o quizás es sólo una personal y subconsciente cuestión de romanticismo y reconocimiento al autor original. 

¡Qué cada cual decida.!



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